Un enfoque innovador contra el glioblastoma

Un equipo de investigadores de la Universidad de Gotemburgo, en colaboración con colegas franceses, ha desarrollado un método innovador para erradicar uno de los tumores cerebrales más agresivos, el glioblastoma. Este enfoque implica el uso de una molécula artificial para bloquear ciertas funciones celulares, provocando la muerte por estrés de las células cancerígenas.

El estudio, publicado en la revista iScience, destaca cómo las células tumorales ‘secuestran’ los mecanismos que las células sanas utilizan para regular la protección de las proteínas.

El ‘prototipo’ de molécula y su eficacia

Usando modelos informáticos, los investigadores diseñaron un ‘prototipo’ de molécula capaz de atravesar la barrera hematoencefálica, una defensa natural del cerebro que impide la entrada de sustancias dañinas. Esta molécula inhibe uno de los mecanismos ‘secuestrados’, lo que hace que las células cancerosas se ‘envenenen’ con las proteínas asociadas al estrés celular.

El método se probó en modelos animales, donde se combinó con estrategias tradicionales de quimioterapia. Los resultados fueron prometedores, ya que logró eliminar los tumores sin recaídas en los siguientes 200 días, un notable avance en comparación con los tratamientos convencionales que a menudo resultan en recaídas dentro de los 100 días.

Implicaciones para el tratamiento del cáncer

Los investigadores enfatizan que estos son los primeros resultados claros en tumores cerebrales que podrían llevar a un tratamiento que evita por completo la cirugía y la radiación. Además, el equipo está comenzando a explorar el uso de esta sustancia en otros tipos de cáncer agresivo, como el cáncer de páncreas o el cáncer de mama triple-negativo.

Aunque este método no funciona para todos los tipos de tumores cerebrales, es importante recordar que el glioblastoma representa el 45% de todos los cánceres cerebrales. Los tratamientos actuales a menudo tienen graves efectos secundarios, un problema que no se observó en este experimento, lo que señala un futuro esperanzador para los pacientes con glioblastoma.