Hace más de 30 años, Thomas Johnson descubrió que la modificación de un solo gen (age-1) podía incrementar la vida de gusanos C. elegans hasta en un 60%. A pesar de la gran distancia evolutiva que nos separa de estos gusanos, los mecanismos útiles para la supervivencia se conservan en los genomas de múltiples especies, incluidos los humanos. Esto ha impulsado la búsqueda de modificaciones genéticas en aras de una juventud más prolongada.

Investigadores descubren un mecanismo en el proceso de envejecimiento de la levadura

Un grupo de investigadores de la Universidad de California en San Diego (UCSD) ha encontrado un mecanismo clave en el proceso de envejecimiento de la levadura Saccharomyces cerevisiae, utilizada para producir pan, cerveza y vino. El equipo liderado por Nan Hao ha creado un interruptor que manipula dos reguladores de la actividad genética, cambiando la dirección del envejecimiento celular. Este mecanismo mantiene a las células en equilibrio entre sus rutas de envejecimiento, lo que ha permitido prolongar su existencia hasta en un 80%.

La investigación sugiere que este tipo de osciladores genéticos podrían usarse para ralentizar el proceso de envejecimiento que comienza cada vez que aparece una célula, incluidas las células humanas. El equipo planea identificar los circuitos genéticos regulatorios subyacentes al envejecimiento en varios tipos de células humanas y aplicar esta estrategia de ingeniería para modificarlas y ralentizar su envejecimiento.

A pesar de los avances, la extrapolación de estos hallazgos a células humanas y a nuestra vida cotidiana aún parece lejana. Carlos López Otín, investigador de la Universidad de Oviedo y experto en envejecimiento, señala que el egoísmo celular de los organismos unicelulares como la levadura podría tener consecuencias negativas en humanos, como el desarrollo de patologías graves y tumores malignos.

El oscilador genético podría tener aplicaciones en la ralentización del envejecimiento humano

López Otín propone un experimento en el que se permita competir a las levaduras portadoras de los genes modificados con las levaduras normales para analizar si alguna de las cepas se impone selectivamente en distintas condiciones. También sugiere crear otros tipos de osciladores para mantener la homeostasis y mejorar nuestra salud, en lugar de aspirar a sueños improbables de inmortalidad.

Jordi García Ojalvo, investigador de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, destaca el potencial de la biología sintética para ayudarnos a comprender cómo funcionan y envejecen los organismos. Aunque el envejecimiento en células humanas es muy complicado, lo que se aprenda de estos estudios podría ser útil en la búsqueda de aplicaciones en el futuro.