En 1985, los geofísicos Joe Farman, Brian Gardiner y John Shanklin publicaron un artículo en la revista Nature que revelaba una rápida disminución de la capa de ozono sobre la Antártida. Esta capa, que absorbe entre el 97% y el 99% de la radiación solar, protege a los ecosistemas y a nuestra salud de los rayos ultravioleta del sol. El principal causante de esta disminución eran los clorofluorocarburos (CFCs), presentes en numerosos productos industriales y de consumo.
El Protocolo de Montreal, un acuerdo medioambiental histórico
En 1987, solo dos años después del descubrimiento, se firmó el Protocolo de Montreal, un convenio internacional que prohibía el uso de CFCs y los sustituía por partículas inocuas para la capa de ozono. El acuerdo, ratificado por todos los miembros de Naciones Unidas, fue el primer tratado vinculante que establecía una prohibición mundial de ciertas sustancias. Cuatro décadas después, se ha demostrado que es el acuerdo medioambiental más eficaz de la historia.
Recuperación progresiva de la capa de ozono
Un reciente informe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP) confirma que la eliminación del 99% de las sustancias prohibidas en 1987 ha permitido la recuperación progresiva de la capa de ozono en la estratosfera superior. Si se mantienen las medidas actuales, se prevé que la capa de ozono de la Antártida se recupere a niveles de 1980 en 2066, mientras que en el Ártico lo hará en 2045 y en el resto del mundo en 2040.
Reducción de los efectos del calentamiento global
Aunque el agujero en la capa de ozono no contribuye directamente al aumento de temperatura, el Protocolo de Montreal ha ayudado a reducir los efectos del calentamiento global. Según datos de Naciones Unidas, los acuerdos han contribuido a bajar 0,5ºC la temperatura media del planeta y se espera que reduzcan otros 0,5 hasta finales de 2100. Sin embargo, algunos fluorocarbonos no prohibidos en Montreal, como los hidrofluorocarbonos, son inocuos para la capa de ozono pero dañinos para el calentamiento global, por lo que recientemente han sido incluidos en la lista de sustancias prohibidas.
Un ejemplo de éxito en la lucha contra el cambio climático
El Protocolo de Montreal demuestra el potencial de la cooperación internacional para enfrentar desafíos medioambientales. Meg Seki, Secretaria Ejecutiva de la Secretaría del Ozono del PNUMA, destaca su importancia en la mitigación del cambio climático, mientras que el secretario general de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), Petteri Taalas, insta a tomar medidas urgentes para abandonar los combustibles fósiles y reducir las emisiones de