En un contexto de crisis energética y cambio constante, la inteligencia artificial (IA) se presenta como una herramienta esencial en la evolución del sector energético, con el potencial de mejorar significativamente su eficiencia. Aunque la adopción generalizada de la IA todavía no es completa, alrededor del 30% de las empresas ya han incorporado soluciones tecnológicas que involucran inteligencia artificial para impulsar la eficiencia en sus operaciones.
La IA, desarrollada a partir de ciencias de la computación, sistemas, algoritmos y datos, tiene como objetivo diseñar y automatizar tareas o funciones que optimicen y aceleren el trabajo. En el sector energético, la IA puede ofrecer beneficios específicos, como anticipar la demanda mediante el análisis de datos, realizar mantenimiento predictivo de la red, mejorar la gestión del suministro y el consumo, y optimizar la experiencia de los usuarios.
El uso de IA también es fundamental en el desarrollo de energías renovables, permitiendo al sector energético anticiparse a la demanda y adaptarse a las necesidades de la red, así como a las variaciones propias de fuentes de energía renovable como la solar, eólica y mareomotriz. En países como España, la digitalización y la innovación son esenciales para la transición energética, ya que permiten una mejor gestión y mantenimiento de los sistemas e infraestructuras a través de la monitorización y la obtención de datos en tiempo real.
La implementación de la IA en el sector de la energía ofrece numerosos beneficios, como la predicción y análisis de datos, prevención de desastres y fallos del sistema, optimización de la red y consumo de energía, asignación y gestión de recursos y digitalización de datos. La IA también es fundamental para el ahorro de energía y la eficiencia del sector. Según estimaciones recientes, el uso de aplicaciones de IA podría ahorrar hasta el 35% de los costes energéticos en edificios, el 25% de ahorro en sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado, y hasta el 50% de ahorro en sistemas de iluminación artificial.
En lo que respecta a los sistemas de información y comunicación, la IA puede generar ahorros de hasta el 70% al reducir la demanda energética en transferencias de datos. El desarrollo adecuado de aplicaciones comerciales de IA para el ahorro de energía podría acelerarse mediante el diseño y la adopción de pautas viables.
El Foro Económico Mundial destaca la importancia de la IA como impulsor de la transición energética. Aunque la innovación y la adopción de medidas en este ámbito aún son limitadas, la situación actual presenta una oportunidad para acelerar la transición hacia un sistema energético de cero emisiones basado en la eficiencia y la interconexión. La IA tiene un enorme potencial para impulsar la transición energética global, pero solo se realizará si se fomenta la innovación, la adopción y la colaboración en toda la industria.