Oscillum es una empresa creada por tres biotecnólogos españoles que busca reducir el desperdicio de alimentos mediante el uso de una innovadora etiqueta que revela el estado real de frescura y calidad de los alimentos. La tecnología fue desarrollada después de que Pablo Sosa, uno de los fundadores, se enfrentó al dilema de si consumir o desechar un filete de pavo de aspecto dudoso.
La etiqueta de Oscillum funciona al detectar las emisiones de moléculas de los alimentos y desencadenar una reacción que produce un cambio de color. El amarillo indica buen estado, el verde sugiere que se debe consumir pronto, y el azul muestra que el alimento no es apto para el consumo. Los colores fueron seleccionados teniendo en cuenta la accesibilidad para personas con discapacidades visuales.
Adaptabilidad e inclusión
Además de los colores, las etiquetas de Oscillum también cambian de textura según el estado de la comida, lo que permite a las personas con ceguera total reconocer la calidad del alimento mediante el tacto. Actualmente, la tecnología funciona en carnes frescas y pescados, y se está implementando en frutas y hortalizas, adaptándose a los parámetros organolépticos que los consumidores buscan en estos productos.
Aplicaciones más allá de los alimentos
Oscillum planea expandir su tecnología para abarcar productos cosméticos y medicamentos, proporcionando información en tiempo real sobre su estado. La empresa ya ha lanzado su producto en Sudamérica y Estados Unidos y espera comenzar la comercialización de frutas en Europa para el verano. Inicialmente, Oscillum planea asociarse con empresas en lugar de vender directamente al consumidor, incluyendo sus etiquetas en los envases de alimentos que se venden en supermercados. Sin embargo, no descartan ofrecer sus etiquetas de forma individual en el futuro.